El Real Madrid se lame las heridas de la eliminación prematura de Copa del Rey con una victoria, clara y balsámica, ante un Zalgiris Kaunas (96-69) que pagó los platos rotos en la noche del jueves en el Wizink Center. Al conjunto dirigido por Chus Mateo le salió todo lo que se le negó en Badalona y así, tras una gran reacción a un inicio gris, comenzó a dominar desde el segundo cuarto y hasta el final a un rival que no tuvo ninguna opción de competir con la máquina que la afición hubiera deseado ver hace unos días en la Copa, pero que tiene que conformarse con disfrutar en el retorno de una Euroliga que vuelve a ver al Madrid –junto a Olympiacos– en lo más alto.
Regresaba el Madrid a casa después de un importante fracaso en la Copa del Rey, donde las circunstancias –eliminación del Barcelona en cuartos– dejaba a los blancos como grandes favoritos. Sin embargo, un cortocircuito continuo ante Unicaja, a la postre campeón, dejaba al Real apartado del cuadro en semifinales y con las dudas sobre el proyecto que tiene a Chus Mateo al frente de nuevo en primer plano. Zalgiris Kaunas pondría a prueba a un equipo al que le sobra calidad, pero que en los partidos grandes no siempre ha rendido como debía esta temporada.
El acierto en el tiro del Real Madrid volvió a no venir dado especialmente desde el triple, distancia desde la que los blancos tiran menos –y peor– desde que llegara Mateo a los mandos y sobre todo en las últimas semanas, pero esto se vio compensado, y de qué forma, con una grandísima labor en tiros de dos, tanto en volumen como en eficacia, que hizo que Zalgiris no pudiera hacer nada más que ver el despegue del cohete blanco en un segundo cuarto en el que el Madrid endosó a su rival un parcial de 31-14, liderado por Musa y un gran Williams-Goss.
Deck y Tavares, seguros de vida casi en cada partido, tomaron el relevo en la segunda mitad para establecer máximas cercanas a los 30 puntos, dejando el encuentro visto para la sentencia. Entre las noticias positivas también hay que destacar el regreso a la rotación de Vincent Poirier, casi inédito en la Copa, y la subida de nivel de un Williams-Goss que pareció el titular que necesita el equipo de cara a los encuentros más importantes de la temporada.
El Madrid, colíder de la Euroliga
Ya en el último cuarto, tiempo para probaturas, rotaciones y disfrute de un público que no dejó solo a un equipo herido y que fue más peligroso que nunca principalmente por este motivo. El Real Madrid vuelve a lo más alto de la Euroliga con una victoria y una imagen que contrasta con la que ha visto volar el primer título de la temporada. Sin embargo, el barco madridista navega en cabeza en una competición que representa el gran deseo de los aficionados, y donde realmente se espera la mejor versión de un equipo hecho para reinar en Europa.